Un informe reciente de Cerulogy para Transport & Environment (T&E) alerta de que los biocombustibles emiten un 16 % más de CO₂ que los combustibles fósiles que sustituyen. El análisis subraya además que su producción representa un desperdicio significativo de recursos agrícolas y hídricos.
Actualmente, los cultivos para biocombustibles ocupan 32 millones de hectáreas de tierra, equivalente al tamaño de Italia, y solo cubren el 4% de la demanda energética global del transporte. Según las previsiones, para 2030 esta superficie crecerá hasta 52 millones de hectáreas, similar al tamaño de Francia, para satisfacer un aumento del 40% de la demanda.
Los biocombustibles son responsables actualmente de un 16% más de emisiones de CO₂ a nivel mundial que los combustibles fósiles a los que sustituyen, debido a los impactos indirectos de la agricultura y la deforestación. Se prevé que, para 2030, los biocombustibles emitirán 70 MtCO₂e más que los combustibles fósiles a los que sustituyen, lo que equivale a las emisiones anuales de casi 30 millones de automóviles diésel.
Consumo excesivo de recursos
El informe recuerda que el 90% de los biocombustibles sigue derivando de cultivos alimentarios. Solo en 2023, la industria consumió 150 millones de toneladas de maíz y 120 millones de toneladas de caña de azúcar y remolacha. Cada día, se queman en vehículos el equivalente a 100 millones de botellas de aceite vegetal, una quinta parte del total disponible que podría haberse destinado a alimentación, con capacidad para nutrir a 1.300 millones de personas.
El consumo de agua también es crítico: recorrer 100 km con biocombustibles de primera generación requiere unos 3.000 litros, frente a apenas 20 litros para un coche eléctrico con energía solar, lo que resalta la ventaja de la electrificación en la eficiencia hídrica y energética.
Además, T&E apunta que solo un 3% de la tierra actualmente dedicada a biocombustibles podría generar la misma energía si se utilizara para paneles solares, liberando terreno para producción alimentaria y restauración ecológica.
Bosco Serrano Valverde, responsable de combustibles sostenibles en T&E, advierte que “los biocombustibles son una solución climática ineficiente y un desperdicio de tierra, alimentos y fondos públicos. Los gobiernos deben priorizar energías renovables frente a los biocombustibles derivados de cultivos".
El informe alerta sobre la expansión de biocombustibles en países como Brasil, Estados Unidos, Canadá e India, así como sobre la suspensión de moratorias que protegían la Amazonia de la deforestación por cultivos de soja. Con la COP30 que se celebrará en Brasil, T&E pide a los líderes mundiales limitar la expansión de biocombustibles y priorizar políticas de electrificación y eficiencia energética.