Podrán solicitar las pruebas fabricantes de vehículos autónomos, sus carroceros y los laboratorios oficiales, así como fabricantes o instaladores de la tecnología que permita al vehículo plena autonomía, las universidades y consorcios que participen en proyectos de investigación. Las autorizaciones tendrán ámbito nacional, establecerán los tramos de vía y tendrán un plazo de 2 años prorrogables.
Según la instrucción, vehículo autónomo es todo aquel que dispone de capacidad motriz equipado con tecnología que permita su manejo o conducción sin precisar la forma activa de control o supervisión de un conductor, tanto si dicha tecnología autónoma estuviera activada o desactivada de forma temporal o permanente.
España se sitúa así entre los primeros países que apuestan por el desarrollo de esta tecnología, definiendo un marco de pruebas estable que pueda permitir, fomentar y atraer la realización de pruebas de vehículos de conducción automatizada que mejoren la movilidad haciéndola más segura y sostenible.
De momento, el grupo PSA Peugeot-Citroën ha sido el primero en realizar pruebas de este tipo en las carreteras españolas con un prototipo que ha afrontado un recorrido de 599 km entre Vigo i Madrid por autovía i autopista, ajustando la velocidad y los adelantamientos en función del resto de vehículos, los límites de velocidad y de la infraestructura.