¿Qué cambios en vehículos de empresa requieren volver a la ITV?

La personalización y adaptación de vehículos es, en ocasiones, imprescindible en algunos vehículos de empresa. AECA-ITV recuerda qué modificaciones deben legalizarse, qué riesgos implican y cómo pueden afectar al cumplimiento normativo y operativo de la flota.

La adaptación o transformación de vehículos corporativos es habitual en muchas organizaciones, ya sea para adecuarlos al uso profesional, mejorar su equipamiento o incorporar componentes que optimicen su operativa. Sin embargo, varias de estas intervenciones se consideran reformas de importancia, lo que obliga a pasar una inspección técnica específica —la denominada ITV por reforma— antes de que el vehículo pueda volver a circular legalmente.

Para las flotas, especialmente aquellas en propiedad, conocer estas obligaciones es clave. Cualquier modificación que altere las características técnicas o funcionales del vehículo debe quedar registrada en la ficha técnica, de acuerdo con el Real Decreto 866/2010, lo que exige validación previa en ITV. De lo contrario, el vehículo puede ser rechazado en su siguiente inspección y generar riesgos operativos para la empresa.

“Modificar un vehículo sin seguir los procedimientos oficiales de legalización puede alterar su comportamiento dinámico, comprometer su seguridad y suponer un riesgo para todos los usuarios de la vía”, recuerda Guillermo Magaz, director gerente de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV).

Las 6 modificaciones más habituales en vehículos que obligan a pasar la ITV

1. Sustitución de elementos de carrocería o estructura

Modificar parachoques, capós (o añadir alerones, aunque esto es poco habitual en flotas) afecta a la aerodinámica y seguridad estructural del vehículo. Por ello debe ser inspeccionado y anotado en ficha técnica.

2. Cambios en la suspensión o en la altura del vehículo

Los cambios y adaptaciones de la suspensión modifican la altura así como el centro de gravedad, estabilidad y comportamiento en curva. De ahí que sea necesario volver a pasar por la ITV, ya que puede modificar el comportamiento del vehículo en maniobras o frenadas.

3. Instalación de neumáticos no equivalentes

En flotas con alta rotación o vehículos que trabajan en superficies mixtas es habitual cambiar medidas de neumáticos. Si no son equivalentes, la intervención se considera reforma. En caso de equivalencia, no es necesaria inspección adicional. Elegir neumáticos no autorizados puede generar riesgos legales y de seguridad.

4. Modificaciones en la centralita, escape o admisión

Aunque poco habitual en flotas de turismos, en ocasiones puede requerirse alguna reprogramación de la centralita. Estas modificaciones, así como el cambio de sistemas de escape o admisión por componentes distintos a los originales, afectan a emisiones, ruidos y potencia. Por tanto, requieren legalización.

5. Cambios en sistemas de alumbrado

Sustituir faros halógenos por LED, instalar proyectores adicionales en vehículos industriales o modificar la ubicación de luces exige pasar por ITV. Los cambios deben estar homologados y cumplir las especificaciones exactas del fabricante para garantizar la visibilidad y el cumplimiento normativo.

6. Instalación de enganches de remolque

Común en flotas comerciales, la instalación de un enganche para remolque es una reforma y exige inspección previa. La ITV anotará el dispositivo en la ficha técnica. Si se retira más adelante, basta con actualizar la documentación sin pasar una nueva inspección.

Impacto en la operativa y en el cumplimiento normativo de la flota

Circular con reformas no autorizadas no solo supone un riesgo de seguridad; también puede derivar en sanciones económicas de entre 200€ y 500€. A ello hay que añadir la posible inmovilización del vehículo, con impacto directo en la operativa. Sin olvidar la pérdida de cobertura del seguro en caso de accidente o el riesgo de incumplimiento legal, especialmente relevante en flotas que reportan auditorías de seguridad o sostenibilidad.

Para los gestores de flotas, controlar y documentar estas intervenciones es clave para evitar tiempos de inactividad y garantizar que cada vehículo está en condiciones de circular y cumplir con los niveles de seguridad exigidos.

En cualquier caso, AECA-ITV aconseja realizar la ITV hasta un mes antes de su vencimiento, una práctica que no reduce la validez del siguiente periodo y facilita la planificación de la disponibilidad del vehículo. En flotas con alta movilidad, esta anticipación reduce riesgos y evita interrupciones en el servicio.

Mantener las ITV al día y legalizar cualquier reforma es un pilar esencial de la gestión profesional de flotas: mejora la seguridad, reduce costes operativos y garantiza el cumplimiento normativo tanto para empresas como para conductores.