La principal inversión es la construcción de una megafábrica de semiconductores en Alemania, así como la puesta en marcha de un nuevo centro de I+D y diseño en Francia a la que acompañarán otras inversiones en Irlanda, Italia, Polonia y España.

Tal como ha informado la compañía en un comunicado, el objetivo de esta “inversión histórica” es traer a Europa su tecnología más avanzada, “creando un ecosistema de chips europeo de nueva generación y abordando la necesidad de una cadena de suministro más equilibrada y resistente.”

Para el CEO de Intel, Pat Gelsinger, “estas inversiones suponen un paso importante tanto para Intel como para Europa. La nueva Ley Chips Act permitirá a las empresas privadas y a los gobiernos trabajar juntos para que avance de manera significativa la posición de Europa en el sector de los semiconductores.” 
En cualquier caso, se trata de una excelente noticia para el sector de la automoción europeo, cuya dependencia de los semiconductores asiáticos se ha convertido en una auténtica pesadilla.

Alemania, epicentro de las inversiones

Con el objetivo de que Europa cuente con su propia “fuente de microchips”, Intel aumentará su capacidad de producción en el viejo continente. Más concretamente en Magdeburgo (Alemania), donde se instalarán dos fábricas de semiconductores, las primeras de su clase, con una inversión inicial de 17.000 millones de euros.
La construcción de las mismas se iniciará durante la primera mitad del próximo año y está previsto que la producción de semiconductores se inicie en 2027.

Por otro lado, Intel invertirá otros 12.000 millones de euros en Leixlip (Irlanda) para duplicar su actual espacio de fabricación, traer la tecnología de proceso Intel 4 a Europa y ampliar los servicios de fundición. 
Además, Intel e Italia han entablado negociaciones para implementar una fábrica de última generación para las fases de fabricación back-end, con una inversión potencial de hasta 4.500 millones de euros.
En Francia, Intel planea construir su nuevo centro europeo de I+D, listo para finales de 2024. Así, Francia se convertirá en la sede europea de Intel para la computación de alto rendimiento (HPC) y las capacidades de diseño de inteligencia artificial (IA).
En Polonia, Intel está aumentando el espacio de su laboratorio en un 50% con el objetivo de desarrollar soluciones en los campos de las redes neuronales profundas, el audio, los gráficos, el centro de datos y la computación en la nube. Está previsto que la ampliación finalice en 2023.

Por otro lado, la compañía seguirá colaborando con el Centro Nacional de Supercomputación, ubicado en Barcelona, donde planea establecer laboratorios conjuntos en la capital catalana para avanzar en la computación.