Si bien el cuerpo de seguridad ya contaba desde 2016 con una unidad de este vehículo 100% eléctrico, es la primera vez que se adquiere un volumen importante de vehículos de cero emisiones por parte de la Guardia Civil.
La versión adquirida es la de batería de 40 kW, equipando además la transformación específica del KIT Patrulla.
El ámbito de actuación de estos coches serán las zonas portuarias y aeropuertos, dado que en estas instalaciones cerradas existen puntos de recarga ya establecidos, lo que facilita su uso.
Esta adquisición forma parte de la política de RSC de la Guardia Civil, reforzando su compromiso con la conservación del medio ambiente y llevar a cabo, entre otras actuaciones, las dirigidas a reducir en lo posible las emisiones de gases de los vehículos que conforman su flota.