Gestión de Flotas y de Movilidad

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¿Me conviene electrificar la flota?

Pero, ¿siempre merece la pena? ¿Es operativo? ¿Realmente sus costes son más bajos? Analizamos pros y contras.

Costes energéticos

Una de las primeras motivaciones, por no decir la primera, que llevan a muchas empresas a plantearse la introducción de vehículos eléctricos (VE) al parque móvil es el ahorro de costes. La premisa es fácil: los kW son más baratos que los litros de carburante.

Según Renault, cada 100 km recorridos con un eléctrico suponen un ahorro de 4€ respecto a un vehículo diésel*. Es decir, con un vehículo eléctrico gastaremos 148€ anuales para recorrer 25.000 km mientras que un diésel equivalente necesitará 1.185€. Es decir, que si tenemos una flota de 20 unidades eléctricas el ahorro será de 20.740€ cada año. Y sólo en combustible.

Pero la eficiencia puede ser aún mayor. En el caso de Nissan y su furgoneta e-NV200: este vehículo consume 20 Kw por cada 100 km, lo que significa unos 3,5 €/día (menos de 1 €/día si se utiliza la tarifa nocturna para la carga). Sin embargo, una furgoneta diésel consume 1,2 €/l, lo que significa 9,6 € cada 100 km. Esto implica que los costes de consumo de una furgoneta diésel podrían ser hasta ocho veces más altos que los de una furgoneta eléctrica.

En cualquier caso, cada flota dispone de su propio historial de consumo y kilometraje, por lo que el cálculo de costes y ahorros no es difícil de realizar.

Otros ahorros

El ahorro en carburante supone una de las grandes ventajas de electrificar la flota. Pero existen otras ventajas que reducen los costes operativos respecto a un vehículo de combustión. Para empezar, su mantenimiento. Los VE disponen de un 60% menos de piezas móviles. Es decir, menos elementos susceptibles de estropearse o mantener. Y es que la mayor parte de averías y piezas de sustitución periódica de un vehículo con motor de combustión no existen en un VE: junta de culata, turbo, correa de distribución, bujías, cambio de aceite, filtro de combustible, filtro de partículas, filtro de aire, filtro de aceite… La lista es muy amplia.

El corazón del VE es su batería, un elemento que no necesita prácticamente de mantenimiento y cuya garantía de fábrica suele rondar los 8 años, según cada fabricante. Si optamos por la opción de alquilar la batería, ofrecida por algunas marcas, jamás tendremos problemas y además rebajaremos el precio inicial del vehículo.

En cualquier caso, el coste de mantenimiento de un VE es alrededor de un 40% inferior al de su equivalente de combustión. Si bien se trata de un coste que no suele influir en aquellas flotas en renting, sí lo hace de manera importante en el resto de fórmulas de propiedad.

"El coste de mantenimiento de un VE es alrededor de un 40% inferior al de su equivalente de combustión"

Por otro lado, al disponer de menos piezas móviles, el riesgo de averías es menor y los tiempos de mantenimiento se reducen, consiguiendo una mayor disponibilidad efectiva de los vehículos.

Existen otras ventajas económicas para los VE y que rebajan los costes operativos de un parque móvil eléctrico. Entre ellas destacan:

  • Descuentos o gratuidad en peajes de autopistas.
  • Exención del impuesto de matriculación (se paga una vez al comprar el vehículo).
  • Rebaja del 75% del impuesto anual de circulación (o gratuidad).
  • Descuentos o gratuidad en aparcamientos de estacionamiento regulado (zonas verdes, azules, etc).

Por último es importante tener en cuenta la reducción de multas que se produce entre los conductores de VE. Y es que la conducción eléctrica modifica los hábitos del usuario, ya que este acaba siendo consciente que determinadas actitudes repercuten directamente en la autonomía del vehículo. Y por extensión, acaba eliminando malas prácticas como excesos de velocidad, acelerones o maniobras arriesgadas… que suelen ser las principales causas de las multas de tráfico.

Me conviene electrificar la flota 2

El seguro

¿Es más elevado el precio de las pólizas de seguros para un coche eléctrico? Podríamos pensar que sí, teniendo en cuenta que un coche tecnológicamente más avanzado es, a priori, más caro de asegurar. Pero la realidad es otra. La conducción de un vehículo eléctrico es más relajada, menos agresiva, ya que para conseguir la máxima autonomía es necesario evitar grandes aceleraciones y jugar mucho con el freno, capaz de recargar en buena parte la batería mientas circulamos. Ello se traduce en una menor siniestralidad de los vehículos eléctricos, por lo que son muchas las aseguradoras que ofrecen pólizas a precios más bajos.

Sin embargo, la casuística del coste del seguro es diferente en cada caso: dentro de la cuota del renting, externalizada, etc… Por lo que podría darse el caso, especialmente en aquellas flotas mixtas donde se combinen coches de combustión con vehículos eléctricos, que la repercusión de este coste sea difícilmente perceptible.

¿Y el precio de venta?

Uno de los principales inconvenientes de los VE es su precio, bastante más elevado que el de un vehículo equivalente con motor de combustión, independientemente que se adquiera en propiedad o se utilice mediante el pago de cuotas de renting.

Las subvenciones a la compra del Gobierno español así como otras ayudas de las comunidades autónomas compensan en parte este sobrecoste. Pero, como hemos visto en estas últimas semanas, el presupuesto destinado al Plan Movea se agota en pocos días. A ello hay que añadir su irregularidad y discontinuidad en el tiempo, lo que provoca que finalmente sean pocas las empresas que acaben beneficiándose de estas ayudas. Este hecho también obliga a las marcas a ofrecer importantes descuentos- entre 4.000 y 8.000€- para mantener el atractivo precio de salida cuando se ha agotado la bolsa de ayudas estatales.

Aun así, y pese a descuentos y subvenciones, el coste de un VE sigue siendo, en la mayoría de los casos, más alto que sus equivalentes de combustión, ya sea a través de una fórmula de renting o adquiriendo el coche en propiedad.

Solo hace falta consultar diferentes cotizaciones y ofertas de operadores de renting para vehículos eléctricos para darnos cuenta de este hecho. En función del modelo y las condiciones de kilometraje y duración de contrato, las cuotas oscilan entre 450€ y 600€. Por este coste podríamos encontrar berlinas y SUV de marcas Premium sin muchos problemas. Pero, a priori, la función de los VE no es la de convertirse en coches de dirección sino más bien en vehículos operativos. Sin embargo, solo el ahorro en carburante que supone la utilización de un vehículo eléctrico prácticamente amortiza esta diferencia en las cuotas. A ello habría que añadir la reducción de otros costes operativos que ya hemos comentado.

Respeto medioambiental

La reducción de la huella de carbono de las empresas es una de las primeras "excusas" para electrificar la flota. Y es que el hecho de recorrer kilómetros sin gastar un litro de carburante no solo influye en las cuentas de la compañía, sino que tiene una incidencia directa en la contaminación de nuestro entorno.

Sin entrar a valorar en que los componentes de las baterías sean muy contaminantes; o que en el famoso ciclo "del pozo a la rueda" puedan producirse muchas emisiones para generar la energía que alimenta las baterías, la realidad es que un núcleo urbano con 500 vehículos eléctricos acaba siendo más limpio que uno con 500 vehículos contaminantes. Y no hablamos solo de CO2, sino especialmente de las partículas y del NOx, elementos altamente perjudiciales para la salud.

También es importante que la energía consumida para recargar las baterías de nuestra flota provenga de fuentes renovables. Por ello es importante contactar con el proveedor energético de la compañía para que nos garantice, ya sea a través de un certificado o bien cambiando la tipología de contrato, que la energía que van a consumir nuestros coches es realmente energía verde.

La inexistencia del motor de combustión también provoca la reducción casi total de los residuos que genera el mantenimiento de un vehículo convencional. Por no hablar de la desaparición de los charcos de líquidos de todo tipo que vierten en las zonas de aparcamiento los automóviles de combustión en mal estado o con problemas mecánicos.

Accesos a zonas restringidas

Las principales ciudades españolas y europeas están restringiendo el acceso a sus centros urbanos, ya sea temporalmente por episodios de alta contaminación, ya sea a través de peajes, o bien prohibiendo directamente el acceso a la mayoría de vehículos. Por ello son muchas las empresas que se están viendo obligadas a electrificar su flota, independientemente de factores de ahorro económico o de sostenibilidad, para seguir distribuyendo sus productos, prestar servicios técnicos o visitar clientes. En este sentido, los vehículos eléctricos permiten a las empresas seguir operando con normalidad en los centros urbanos y zonas de acceso restringido.

Recarga

La recarga de los vehículos es, junto a la autonomía, uno de los potenciales dolores de cabeza de los gestores de flotas a la hora de implantar vehículos eléctricos. Si la empresa dispone de espacio libre para poder instalar puntos de recarga para sus VE, todo es más fácil… A priori. Y es que a la hora de elegir un punto de recarga también debemos ser conscientes de la complejidad de esta elección.

Si queremos realmente controlar los costes, la eficiencia y la utilidad operativa de los VE deberemos elegir un proveedor que nos garantice un control sobre todo tipo de variables. Al igual que una tarjeta de carburante proporciona información sobre los litros consumidos, nos alerta de posibles malos usos y de los costes imputables a cada conductor, un punto de recarga debe proporcionarnos también diferentes inputs que nos ayudarán a sacar el máximo provecho del vehículo eléctrico: energía consumida, coste estimado de la energía, horarios de recarga, kilometraje entre carga y carga… De esta forma también podremos conocer cuándo una batería empieza a dar señales de deficiencia.

En cualquier caso, lo más recomendable es realizar un "tender" e invitar a diferentes proveedores a presentar sus ofertas con sus respectivos servicios y opciones. Ello nos permitirá elegir la mejor opción.

Si no contamos con un espacio disponible para instalar puntos de recarga, la electrificación de la flota se vuelve más compleja y menos operativa, pues solo podremos disponer de la todavía escasa infraestructura pública de recarga, todo un riesgo para el buen funcionamiento del parque móvil.

Me conviene electrificar la flota 3

Autonomía: la clave de todo

No siempre es posible electrificar la flota. Será la casuística y la operativa de cada empresa la que acabe determinando las posibilidades de contar con vehículos eléctricos en el parque móvil. Y es que la, de momento, limitada autonomía de los actuales VE pone límites a la posibilidad de pasar el 100% de la flota a vehículos eléctricos. Si bien el rango de autonomía ofrecida por los modelos actuales está aumentando progresivamente, si necesitamos que nuestra fuerza de ventas recorra más de 300 km al día difícilmente podremos utilizar eléctricos para que los empleados cumplan con garantías su cometido.

Debemos admitir que no siempre es posible electrificar la flota. Lo más plausible y deseable es hacerlo con aquellas unidades que no recorran más de 80-90 km diarios, con un ámbito de actuación mayormente urbano y no muy alejado de las instalaciones corporativas en las que se encuentren los puntos de recarga.

"Debemos admitir que no siempre es posible electrificar la flota. Lo más plausible y deseable es hacerlo con aquellas unidades que no recorran más de 80-90 km diarios"

Será siempre la relación entre la autonomía y kilometraje diario de la flota el que acabe determinando las posibilidades de electrificación del parque móvil corporativo.

"Será siempre la relación entre la autonomía y kilometraje diario de la flota el que acabe determinando las posibilidades de electrificación del parque móvil corporativo"

Cómo empezar

Si hemos considerado todos los puntos anteriores, hemos realizado cálculos y, finalmente, estamos decididos a incorporar vehículos eléctricos a la flota, ¿cómo empezamos?

En primer lugar, debemos saber qué unidades y con qué funciones son susceptibles de ser sustituidos por vehículos de 0 emisiones. En un primer momento deberemos analizar el histórico de la flota para conocer el kilometraje y la tipología de desplazamientos de nuestra flota.

Una vez elegidas aquellas unidades potencialmente sustituibles por VE, es momento de incorporarlas y analizar durante unos meses su funcionamiento. Lo ideal es realizar una prueba piloto con menos de 5 unidades para observar la idoneidad y el potencial éxito de la implantación. En este sentido, algunas marcas ofrecen la posibilidad de realizar esta prueba piloto cediendo unidades durante algunos meses, lo que nos ahorrará una inversión inicial y, a su vez, nos permitirá avanzar en nuestro plan, observar posibles deficiencias que podremos rectificar en el futuro y observar la acogida de los usuarios de los vehículos.

"Lo ideal es realizar una prueba piloto con menos de 5 unidades para observar la idoneidad y el potencial éxito de la implantación"

Marcas y operadores de renting, aliados especialistas

Las empresas de renting así como los fabricantes cuentan con una gran experiencia en vehículos eléctricos y debemos permitir que sean nuestros aliados en este proceso de electrificación. Tanto marcas como operadores de renting cuentan con departamentos y programas especializados en la implementación de VE, quienes nos ayudarán a analizar y proyectar a futuro el potencial beneficio de contar con vehículos de 0 emisiones en la flota. Además, diferentes gestores de flotas consultados han indicado que tanto marcas como operadores de renting están promoviendo la implantación de VE en las empresas, ofreciendo descuentos y ofertas muy ventajosas.

Casos de éxito

Algunas empresas se "lanzaron" hace un par de años a la electrificación de su parque móvil y ahora sus gestores de flotas, asociados de AEGFA, pueden contarnos su experiencia que solo puede calificarse de positiva.

Es el caso de Juan Salvador Cegarra, gestor de flota de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT), un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, encargado de la gestión del agua en 79 municipios de Murcia, Alicante y Albacete.

Actualmente cuentan con una flota de 3 furgonetas eléctricas Nissan e-NV200, a las que añadirán 6 unidades más en los próximos meses. Juan Salvador explica que "primero iniciamos una prueba piloto de varias semanas con diferentes unidades cedidas por las marcas, que iban rotando por cada centro de trabajo. Los resultados fueron excelentes y la acogida por parte de los usuarios excepcional".

El gestor de flotas de MCT confirma que "nuestros VE recorren entre 60-80 km diarios, casi nunca sobrepasamos los 100 km, por lo que la autonomía es más que suficiente. Además contamos con 2 cargadores rápidos, con 4 tomas distintas cada una, que nos permiten recargar los vehículos en solo 20 minutos. En los próximos meses instalaremos 9 cargadores rápidos más, en distintos centros de trabajo, lo que nos permitirá cubrir una extensión de más de 11.000 km2. Es decir, toda nuestra zona geográfica de actuación. El objetivo es a medio plazo que el 100% de la flota sea eléctrica."

La flota de eléctricos de MCT, de propiedad, ha permitido a este organismo rebajar los costes operativos del orden de un 70% respecto a los vehículos que han sustituido. "No solo se reduce el coste energético, sino también otras partidas como los costes de mantenimiento, que son ridículos. Además, los usuarios conducen más relajados y tranquilos, lo que reduce la siniestralidad."

Otro caso de éxito es Emasesa, Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla. Actualmente cuenta con un paque móvil de 45 eléctricos (Kia Soul, Peugeot Parner Electric, Renault Zoe y Kangoo, smart fortwo ED) y en 2018 más del 50% de la flota total estará compuesta por eléctricos. Jacinto Gómez, gestor del parque móvil de EMASESA, destaca la "espectacular acogida por parte de los usuarios. De hecho, aquellas unidades eléctricas que forman parte de nuestro carpooling son las más utilizadas, lo que está provocando que su kilometraje sea mucho más elevado que el previsto inicialmente."

Según Gómez "nuestros cálculos indican que el coste de un VE es de unos 2,2 €/100 km, incluyendo energía, a lo que hay que añadir 333€/mes (Renault Zoe) de la cuota de renting, incluyendo subvención de la que disfrutaron en su momento. Los diésel a los que han sustituido tenían un coste de 8,5 €/100 km y una cuota de renting de 345 € al mes. Si no hubiera existido subvención, la cuota de renting sería de 425€ (92€ más), una diferencia que se compensa si se hacen 1.300 km mensuales. En cualquier caso, la elección de vehículos eléctricos no solo ha permitido reducir los costes operativos de parte de la flota, sino también contribuir de forma decidida a la mejora de calidad del aire."

Calidad Pascual está en pleno proceso de electrificación de parte de la flota. Ha llevado a cabo una gran prueba piloto en Palma de Mallorca con 6 vehículos de 6 marcas diferentes conjuntamente con diferentes unidades de GLP y GNV en la ciudad de Madrid. “Gracias a la monitorización y análisis obtenidos con estas pruebas analizaremos la viabilidad, impacto medioambiental y económico de todas estas opciones de movilidad ecológicas disponibles”, comenta José Carlos Espeso, gestor de movilidad de Calidad Pascual.

El objetivo es que aquella parte de la flota de Calidad Pascual que realiza únicamente trayectos urbanos pasen a ser eléctricos en breve. Ello supone el 30% de la flota, unas 100 unidades. "Desde Calidad Pascual buscamos especialmente la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida de las personas, por lo que la introducción de vehículos eléctricos en las ciudades mejora directamente la calidad del aire, rebajando el nivel de partículas, emisiones y NOx, muy perjudiciales para la salud de las personas y el planeta."

*Consumo vehículo combustible equivalente de 4,5 l/100km. Precio Diésel A 1,055 €/l. Consumo Renault ZOE de 14,7 kWh/100km. Compra eléctrica supervalle: 0,050522 €/kWh. Para el ZOE el consumo tras 100km circulados habría sido de 0,74 euros, mientras que para un vehículo de combustible el coste sería 4,74 euros para el mismo trayecto.

 

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